No había nada malo en ser amable o de corazón blando, así que ¿quién tenía la culpa aquí?
Julie no podía entenderlo cuando estaba en su estudio, como si hubiera llegado a un callejón sin salida.
Aunque se había probado su inocencia, no podía volver a enfrentarse a nadie con esas fotos expuestas.
“K…”.
Julie se atragantó y levantó su mano para cubrirse los ojos, bloqueando la luz.
Las lágrimas fluyeron a lo largo de sus dedos.
Las gotas de cristal eran cegadoras.
Kai se puso de pie, se inclinó para colocar su brazo bajo la almohada de ella e inclinó la cabeza.
Luego descansó sobre su hombro y la abrazó suavemente.
Kai le acarició la otra mano. Su voz era suave y ronca.
“Todo está en el pasado. Piensa en ello como un sueño. No pasa nada. Ahora todo terminó”.
Julie lloró durante mucho tiempo. Su voz se hacía más fuerte a cada minuto, lo que casi hizo entrar al doctor.
Necesitaba desahogarse, pero Kai no quería que ella llorara más.
La consoló con delicadeza, pues aún le preoc