Capítulo 3: El Matrimonio bajo Contrato.

En una ceremonia íntima y algo atípica, dónde Derek junto con su abogado hacen a Leah previamente, firmar un contrato prenupcial. Donde detalla una cláusula, que Derek estipuló a última hora en concordancia con su abogado, cláusula que el tío Brandon desconoce. La inocente Leah firma de inmediato y posterior a ello, van hasta donde los espera el juez, para oficializar el casamiento.

¿Habrá hecho mal el apuesto Derek, en no decirle a nadie de su cambio de última hora?

¿Qué fue lo qué estipuló sin previo aviso?

En la sala de mansión, la toma por su mano desde su moderna silla de ruedas. Leah esboza una risa nerviosa y el tío Brandon, la mira con entusiasmo buscando de apaciguar sus miedos. Por otro lado, el padre Matt está muy serio, ya que no está de acuerdo con un matrimonio tan extraño, dónde según para él, el amor no se demuestra por ningún lado. Tina la empleada de confianza, quién es una segunda madre para Derek, los mira desde la distancia tocando su corazón, está muy angustiada por todo ese escenario, Tina quiere muchísimo a Derek como el hijo, que la vida le regalo, después de la muerte de sus padres, se ha unido mucho a él como una madre. Tobías unos de los empleados de Derek, se le acerca y le dice a Tina:

—Está boda es muy rara, esa chica no combina con el joven Derek. Todo esto me parece muy extraño—murmura Tobías, mirando todo con rareza.

—Está boda fue obra del tío Brandon, quién protege a la chica.

—El tío Brandon se volvió loco, dónde dejó la cordura.

—No juzgamos tan severamente a la muchacha, mi muchacho es un buen hombre, a pesar de todo el dinero que tiene, es dueño de un buen corazón.

—¿Tú muchacho dijiste? Hablamos con mucha confianza del joven Derek—enfatiza Tobías.

—Por Dios Tobías, yo crie a Derek como a un hijo.

—En eso tienes razón ¿Tina irás a Seattle junto con nosotros?

—Si Tobías, no dejaré nunca sólo a Derek, ahora que me necesitará tanto.

—¿Por qué lo dices de ese modo?

—Preguntas mucho Tobías, deja que el destino haga lo propio—detalla Tina y se retira, para seguir con sus obligaciones.

¿Sabrá acaso Tina cuales son las intenciones de Derek, que lo llevaron a cambiar el contrato?

*****

Ya formalmente, son marido y mujer. La bella Leah, se ve maravillosa tanto así, que Derek se halla sorprendido admirando su sutil belleza.

—Quedaste increíble, en el salón los estilistas, hicieron un increíble trabajo contigo—elogia Derek su belleza y besa su mano, Leah enseguida se sonroja.

—Gracias Derek, sólo que los zapatos me fastidian. Ya quiero quitármelos—manifiesta la ocurrente Leah su incomodidad.

—Tienes que acostumbrarte querida, eres mi esposa y ya tu vida, a partir de ahora será distinta.

—¡Rayos!

—No te agobies, ya dentro de unos días viene la institutriz, quién te dará clases de buenos modales y te enseñará, a ser una dama de sociedad.

—¡Ah caray!

—Vamos eres muy inteligente lo harás bien. Ahora vamos, a cercanos a mi tío y a mi padrino.

—La cara del tío Brandon es de alegría, pero la del padrecito Matt me asusta—advierte Leah, al ver al padre tan serio.

—No le prestes atención, ya sabes que mi padrino por ser sacerdote, es un hombre muy conservador y hay cosas, con que no está de acuerdo.

—¿Cómo nuestro matrimonio bajo contrato por ejemplo?

—Así es. Ves, eres muy lista sé que, con la ayuda de la institutriz, todo será pan comido para ti Leah—la anima Derek. 

—Eso espero Derek—se miran ambos, entre entusiasmados e incrédulos.

Se le acercan al padre y al tío Brandon velozmente, el padre Matthew sugiere:

—Vamos pasemos al comedor, por los nervios me dio un hambre.

Murmura enseguida Leah a su esposo:

—El padrecito Matt, puede perder todo menos el apetito.

—Así es—responde Derek muy sonriente.

En el comedor Derek les propone a Tobías y Tina, que se sienten con ellos. Tobías quién es su chófer, no perdió el tiempo se sienta con servilleta en mano, mientras que Tina lo mira con recelo. Tina es la esposa de Tobías tienen poco tiempo casados, su relación se dio en la adultez, por lo que no tuvieron hijos.

—Brindemos por mi ahora esposa, Leah Dixon—indica Derek, con copa en mano y todos de inmediato se levantan, pero antes de chocar las copas, el padre les dice:

—Ya que decidieron casarse así tan de prisa, tienen que poner fecha, para la boda eclesiástica ahijado.

—Luego hablamos de eso padrino.

—Ya Matt, no seas tan anticuado—lo recrimina el tío Brandon.

—Todo esto es obra tuya, después de viejo liberal—amonesta el padre Matt, al tío Brando y lo mira con enojo.

—Ya basta, es mi boda.

—Lo siento ahijado, pero ya sabes tengo que hacerle ver la realidad y también, quiero que hagan lo correcto ante Dios hijos míos.

—Lo se padrino, pero los tiempos han cambiado.

—¿Te pondrás de parte de Brandon? No es justo Derek.

—No se preocupe padre, que Derek y yo pronto, le pondremos fecha al matrimonio por la iglesia—manifiesta Leah y Derek la mira maravillado.

—Por lo visto, eres la más sensata aquí muchacha.

—Vamos a disfrutar, de la boda en paz por favor—asienta el tío Brandon.

—Si es mejor. brindemos—reafirma Derek, con la cabeza dándole vueltas, por lo que acaba de proponer Leah de la nada.

Se disponen todos a brindar con alegría, el rostro de emoción y de desconcierto de Leah era evidente, en el ambiente se pone de manifiesto, mucho escepticismo por parte de cada uno, sin embargo, se guardan su sentir. En la mente de Derek, el recuerdo de Savannah se vislumbra de la nada y se atormente un poco. Como le hubiese gustado, que fuera ella la novia y no Leah, en una ceremonia mucho más lujosa, como lo habían planeado en el pasado, cuando aún eran novios.

Al terminar de comer, se levantan y cada uno se separa. El padre Matt, se arrima con el tío Brandon para decirle:

—Mírale la cara a Derek, no está contento. Solo se casó, para darte gusto a ti. Por tu supuesta enfermedad terminal. Llegaste demasiado lejos, con toda esta farsa Brandon.

—¿Vas a seguir recriminándome por el resto de mi vida?

—No te recrimino, solo te hecho en cara tus errores.

—Matt eres tan aburrido. Dios sabe que no hice nada malo, Leah es una buena chica y es la esposa que mi sobrino se merece. Pueda que aún no este muriendo, pero ya estoy viejo no podré hacerme cargo de Derek toda la vida.

—Derek no está solo y lo sabes.

—Ya Matt, hagamos una tregua.

—Será, que Dios los ayude a enamorarse y a encontrar, su justo sendero en la vida.

—Eso deberías de hacer, rezar por ellos y no andar regañándome, cada vez que puedes.

—Brandon—musita le padre Matt, poniendo sus ojos en blanco.

Por su parte Tina, le comenta a su esposo Tobías:

—Espero que, Derek sea feliz con esa chica.

—Con esa cara lo dudo.

—Se ve muy agobiado el pobre, no ha tenido una vida fácil. Siendo tan joven, tuvo ese nefasto accidente que lo dejo en esa silla, perdió a sus padres y hasta su novia.

—Bueno Tina, viéndolo bien esa chica Savannah, no le convenía, era toda estirada y presumida, nada que ver con el joven Derek.

—Esa muchacha nunca lo amo, mejor voy a ir a la cocina, a ver cómo va todo—señala Tina y se aleja.

Mientras tanto, Derek y Leah conversan:

—¿Estás bien Derek?

—Si ¿Por qué lo preguntas?

—Tú cara—musita Leah.

—No tienes nada de qué preocuparte. Solo estoy cansado, ya mañana nos iremos a nuestra luna de miel. No te parece emocionante—expone Derek, buscando de tranquilizar a Leah.

—¿Luna de miel?

—Si querida, todos lo recién casados tienen uno y no seremos la excepción. Ya preparé todo, mañana muy temprano partiremos a Miami—abre Leah, los ojos como un plato y se torna escurridiza.

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