Capítulo 33: La sombra de un amor.
Al llegar al apartamento, mira a Seda quien lloraba descontrolada en el sofá, a su lado se halla la fiel Meltem. De inmediato pregunta Mustafá:
—¿Y mi tía?
—Ya se fue Mustafá, yo me retiro, cualquier cosa me llaman—advierte Meltem y sale del salón.
—Seda, perdóname. Te juro que no sabía lo del niño.
—Es tan frustrante quererte, con la sombra de esa mujer abrigándonos constantemente—murmura Seda con aflicción.
—Fui a verla y si, Liam es mi hijo.
—Tienes un hijo Mustafá y en eso, esa mujer me lleva mucha ventaja.
—No tienes que sentir celos de Sheila, es solo la madre de mi hijo y nada más.
—Por Alá Mustafá, tienes muchos cuadros de ella, los vi en Estambul. Hasta estoy segura que trajiste uno de ellos contigo—lo toma por el brazo y la lleva al cuarto de pinturas, ingresan y descubre el lienzo, enseguida se asombra ya que el retrato era de ella. Recién comenzaba Mustafá a darle forma.
—El cuadro es tuyo, recuerda que te dibuje.
—Todo esto es tan confuso. Me remonto yo también en el pasa