••••••••••
5: 00 pm.
Esa tarde en el este de Maita, el Conde Alfred Heliar, había finalizado su trabajo del día.
—El carruaje está en camino mi Lord —decía uno de sus fieles mayordomos que había ido con él a atenderle— se a preparado una mansión cercana, para usted y su gente.
—Buen trabajo —felicitó Alfred a su mayordomo— Iré a dar una última mirada por el campamento cercano, si existe algún nuevo Maitano que se ha escondido, probablemente estará llegando a estás horas, cuando entregan las raciones de la cena en los campamentos.
—Tenga cuidado, mi Lord —dijo el mayordomo viendo como su señor se iba con un pequeño grupo de sus caballeros más capaces.
…..
Minutos después, el Conde bajó de su caballo y comenzó a caminar por el sector en ruinas de lo que una vez fue un pueblo bastante próspero en Romian.
Un pueblo que fue atacado por los cañones Maitanos a mediados del año de guerra por su gran concentración de soldados Romianos en la zona.
Sí, Maita había obtenido el control poc