RYLAN

Cinco años después

Estar de vuelta en Los Ángeles fue un gran cambio de escenario. Después de obtener mi maestría en negocios, había estado dirigiendo Appetite, la empresa de comida gourmet que fundé en honor a mi difunta madre, quien siempre soñó con hacer algo así.

Ahora, con mucho dinero en mis cuentas y una empresa que crecía día a día, estaba de regreso en California para supervisar algunas cosas en la sucursal de Los Ángeles. Tenía planes tentativos de quedarme en la ciudad por unas semanas. Las oficinas de Nueva York podían manejarse sin mí por un tiempo.

Slate estaba conmigo, y parecía más feliz que nunca.

—No sé cómo lo haces, hombre —dijo—. Tienes el toque de Midas en los negocios. No puedo decirte lo genial que es trabajar juntos.

Esperábamos en la sala de juntas en la sede de Appetite para que comenzara una reunión.

—Solo estás inflando mi ego —dije con una risa.

—¡Y con razón! Con este trato, Appetite va a despegar al siguiente nivel. Y ya estábamos en una liga dife