Capítulo 93; Hay que aprender a soltar.
Amaia se detuvo en la puerta de la oficina, su rostro ardiendo de celos al ver a Kira llorando en los brazos de Nikolay.
—¿Qué se supone que está pasando? —preguntó Amaia, su voz llena de ira y posesividad. Nikolay la miró, con Kira todavía en sus brazos, con amabilidad la hizo a un lado.
— Amaia, por favor, entra, cariño— dijo Nikolay. Amaia entró en la oficina, cerrando la puerta detrás de ella. Su mirada se clavó en la escena que tenía ante sí. A los costados en las esquinas de la habitación estaban Igor y del otro lado Vladimir, ambos con rostro completamente serio.
Kira se secó las lágrimas.
— Amaia, no es lo que crees— dijo Kira. Amaia se acercó a ellos.
— ¿No? ¿y que es lo que yo creo?— preguntó Amaia mirando a su rival con un desprecio único, pero sin perder la compostura, Nikolay se interpuso entre Amaia y Kira.
— Amaia, por favor, explicaré esto, Kira solo está teniendo un mal momento y... vamos a calmarnos— dijo Nikolay.
— No me digas que me calme— le respo