CapĂtulo 87; Pesadillas que duelen. 🥺
Amaia y Nikolay dormĂan abrazados, rodeados de la oscuridad y el silencio de la noche. Pero aquella calma poco duro, de repente, Amaia comenzĂł a agitarse, su respiraciĂłn se volviĂł rápida y superficial.
— No... no...—murmuró, su voz temblando de miedo. Nikolay se despertó percatándose casi de inmediato que ella estaba sumergida en una pesadilla, entonces la abrazó más fuerte, pero Amaia no se calmaba.
Estaba soñando...
No, no era un sueño, era un terrible pesadilla, de las peores que una mujer puede tener...
Se veĂa a sĂ misma embarazada, con una barriga grande y redonda. SonreĂa, emocionada por la llegada de su hijo. Pero de repente, sintiĂł un dolor agudo en el abdomen y su barriga comenzĂł a desaparecer. La sangre manaba de su cuerpo manchando su ropa, y Amaia gritaba de desesperaciĂłn, su hijo... estaba perdiendo a su hijo y nadie hacia nada por ayudarla.
— Mi bebé... no... no puede ser...
La escena cambiĂł bruscamente, Amaia estaba en una habitaciĂłn de hospital, dando a lu