La mirada expectante de toda mis hermanos y mis padres sobre mí, me están poniendo más nervioso de lo que debería estarlo. Me acomodo sobre el sofá e intento poner en orden todo lo que les quiero decir en mi mente.
—¡¿Puedes hablar de una vez?! — Me exige Cintia.
—Vale, es que lo que les quiero decir es que... bueno, que me mudare con Aitana y Daniel. — Digo finalmente sin importarme mucho ese orden de ideas que tenía en mi cabeza.
—¡¿Qué?! — Exclaman todos.
—¿Pero porque esa decisión tan repentina, hijo? — Pregunta mi madre algo seria.
—Es que madre, yo ya no aguanto estar tan lejos de ellos dos, y no quiero cambiar al niño viniendo a mi casa— Miento.
—Dinos la verdad, no aguantas dormir lejos de ella. — Dice Cintia entre risas.
—También, pero va un poco m