Siento como su mirada sigue clavada en mi mientras que yo tomo el bolígrafo y hago dibujos con Daniel. Hago algunos garabatos intentando no reírme ante su expresión hasta que ella deja su taza de café sobre la mesa —Daniel, debemos irnos. — Le dice haciendo que levante mi mirada.
—¿Tan pronto? — Le pregunto con melancolía.
—Si, debo dejarlo en casa de la niñera y luego ir a trabajar. — Explica mirando su reloj.
—Entiendo... ¿Será que tú y yo podemos hablar a solas más tarde? — Inquiero casi en un susurro intentando que Daniel no me escuche.
—Matías... creo que será mejor que no nos veamos hasta tener los resultados. — Me explica y se pone de pie.
《¿Qué? ¿No verla por todos estos días? No... yo no puedo.》
—Por favor, Aitana, necesito verte antes de eso. &