[LUCAS]

Siempre tuve ese par de ojos verdes clavados en mi mente. A donde quiera que fuera, a donde quiera que mirara. Ahí estaban.

Soñé con su mirada desde mi uso de razón, y ver esos ojos tristes movían en mis adentros una serie de horribles angustias que no quería sentir, por el único hecho de querer verla feliz. No quería verla llorar nunca.

Estuve enamorado de la misma chica toda mi vida. La amé incluso cuando creía que la odiaba y la soñaba aún estando despierto. Lo único que deseaba era poder protegerla, incluso cuando de mí se tratara. Era para mí, lo más importante.

La elegí desde el primer instante, incluso creo que la vengo eligiendo desde hace todas mis vidas pasadas. El día de nuestra boda le agradecí que ella también me hubiera elegido. Sin miedo al fracaso, y todas las veces que hiciera falta, yo lo volvería a hacer.

Como dice Pablo Neruda en su poema XX. «Cómo no haber amado sus ojos infinitos».

Era mía y sus ojos me miraban a mí, así como los míos sólo podían verla a