Narrador – recuerdos:
A la mañana siguiente Ramiro se levantó y se dirigió a la cocina para desayunar. Allí ya se encontraba Valeria, junto a Lautaro, quien dormía en el coche. Se acercó a él y, sin despertarlo, le dio un beso en la mejilla.− Buenos días, mi vida – miró a Valeria – Buenos días, Val− Buenos días, Ramiro –Lo miró con cautela, pues no sabía que pensar luego de la noche anterior. Ramiro se sentó a desayunar con la vista fija en su café. Luego de unos minutos decidió mirarla directamente a los ojos. Ella se sintió intimidada− Tenemos que hablar de lo que pasó anoche…− Ramiro, yo sé muy bien la realidad. Lo hemos hablado hasta el cansancio. Lo de anoche fue…− Me gustó – la i