—Pensé que eras una chica más inocente—dice Alan colocándose su pantalón luego de salir del baño y limpiarse.
—Pensaste mal de mí—ahora salgo yo del baño con una bata de baño.
—No juzgues a un libro por su portada—se sienta en el sillón. Los dos reímos.
—Mierda. —exclamo cuando le veo la espalda desnuda. Está bastante roja y se le notan mucho algunas heridas.
—¿Qué? —pregunta.
—Tu espalda. — él ríe.
—Me imagino como debe estar, me arde jodidamente—me mira.
—Lo siento—le digo sonriendo. Me siento a su lado.
—No hay problema. —me mira
En todo el tiempo que estuve en el baño estuve pensando esta situación, me gusta estar con Alan y me fascina tener sexo con él, sé que simples amigos ya n