Juliet frunció el ceño al ver cómo Ranor sacaba una de sus garras y se hacía un pequeño corte en la muñeca derecha.
—Ven, bebe un poco de mi sangre, si vas a trabajar para mí no puedes estar en esas deprimentes condiciones. Esto te ayudará a recuperar algo de fuerza.
—¡No soy un vampiro! —, prot