AriaDespués de aquel desagradable momento, intento salir corriendo de la oficina, pero Alec me detiene por el brazo.—Vamos a almorzar juntos hoy —me advierte.—No, preferiría que no —contesto—. Esto…—¿Te asusta que todavía lo tenga? —me pregunta con una tranquilidad abrumadora.—He de admitir
Anna Roma
Jajajaja te jodieron, Alec Elwood.
¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.