—Sí, claro —dice mirando su fino reloj. En ese momento se levanta y se estira un poco—. Ahora vuelvo y brindaremos.
—Está bien. Acomodaré esto. —Señalo el tablero de ajedrez.
Ethan solo asiente y se marcha hacia la casa, dejándome a solas en el jardín. La piscina se ve como algo tentador, pero me