Al amanecer, un auto de lujo negro, llegaba a la hermosa mansión Ferreti, el mafioso Alessandro tenía un gusto elegante y exquisito, eso aunado al toque femenino de su esposa Violet, hacían del lugar una obra de arte
Dante bajó del auto con el pequeño bebé enredado en una fina frazada, hacía mucho frío y no querían que se les resfriara, si por Dante fuera, su mujer y su hijo no saldrían ni siquiera de su habitación, Carolina tenía poco de haber dado a luz, tenía que tener los cuidados necesarios, era la primera nota mental que se había hecho al llegar
Los padres entraron con el bebé, Angelo, venía detrás de ellos, Carolina pidió a Dante que la llevarán a una habitación para darse una ducha, su blusa estaba manchada de leche materna, no quería presentarse así ante los padres de Dante
El mafioso pidió a una de las mucamas que llevara a la madre de su hijo a su habitación, la joven italiana desapareció de la vista del hombre, entonces había llegado el momento de hablar con su padre
Aless