—¿Por qué me hace eso? —pregunté derrotada, lo tenía cerca y no me atrevía a mirarlo a la cara.
—¿A qué se refiere? ¿a tratarla bien? —preguntó como si no supiera a qué me refería —solo intento ser amable.— Pero no me conoce — me esforcé a levantar la vista y mirarle, que tuviera sus ojos sobre los míos hizo que se produjera un cosquilleo en mi estómago.—Sí que la conozco, —dijo asustándome — nos conocimos en la fiesta de inicio de la escuela donde por accidente te manché el vestido, nos volvimos a ver en aquel café donde me devolviste la chaqueta, —en ningún momento apartó la mirada de mí— hasta nos vimos en la escuela y en otros lugares que yo ahora no puedo acordarme, pero tú sí, ¿o me equivoco?¡Dios! Volvió a conseguir que me latiera rápido el corazón. Me preguntaba cómo me encontró así tan rápido. Los malditos nervios del otro día en la cocina debieron traicionarme. Matt y Allison regresaron, con los postres librándome de la mirada acusatoria de Harry.