24.

 

Samuel:

Me estaba perdiendo en el cuerpo de aquella diosa del pecado, iba a pecar, iba a caer en el abismo y a beneficiármela. Pero, el sonido del teléfono me salvó.

¡Gracias a Dios!

 

Porque habríamos tenido sexo de no ser por eso.

 

Sólo era papá, que hizo que el calentón se me bajase de golpe. Hablamos de cosas varias, y eso me ayudó a tranquilizarme, mientras Leo se levantaba de la cama, se ponía la bata y miraba hacia mí.

 

- Lárgate si no vas a hacerme nada – espetó, echándome de su habitación, mientras papá preguntaba al respecto. Me cerró la puerta en las narices, y yo lo agradecí. No era bueno que sucediese algo entre ella y yo. Las cosas estaban demasiado complicadas, así como estaban.

 

- Charlie no va a participar – escuché a Poli, hablando con Smith, c
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