Maylene no lo nota cuando toma su cintura con una sola mano. Lo observa por su hombro, y baja la mirada hacia el bebé. Ya está quedándose dormido.
—Cada vez que llore, te levantarás a calmarlo. O jugamos para ver quién lo hace.
—¿Ah sí? ¿Y qué jugaremos? —Declan busca sus labios—, porque eres una mu