Una vez que estoy sola, me tiro sobre la cama sintiendo que me quedare profundamente dormida, me hago un ovillo y abrazo un cojín. El sonido de mi celular en mi bolsillo llama mi atención, no quiero responder ya que tengo mucho sueño, pero al ver la pantalla me doy cuenta que es mi hermano y desde hace días que no se nada de él.
— Vi — me saluda. — Hola — digo tratando de sacar una sonrisa que resulta ser una mueca — ¿Cómo estás Ezra? — Te extraño mucho pequeña — suelta — Papá dice que es lo mejor para ti. Me incorporo aguantando las ganas de llorar, amo muchísimo a mi hermano y saber que no lo veré en mucho tiempo me hace sentir mal, deprimida. — Yo también te extraño mucho, aunque a veces eres un dolor de cabeza — intento sostener otra sonrisa, pero fallo enormemente. — Vi, se que tu viaje es para resguardar tu seguridad nena — dice mi hermano cambiando a un tono más serio — Sabes que h