—Estás muy loca —se rio Connor mientras casi escupía su champaña—. ¿De verdad quieres hacerlo?
—Por supuesto —aseguró Valeria—. Pero necesito ayuda porque obviamente tú conoces a las personas adecuadas.
—Está bien, lo prepararé —accedió Connor—, pero no me responsabilizo por el resultado.
—¡Cielo