Dos meses después...
Maddi respiraba de manera superficial mientras pensaba si abrir o no los ojos. Tras ella podía escuchar el ronroneo de James y sentir el calor de sus manos recorriéndola.
—Solo tienes que decirme lo que quieres, nena... ¡Dímelo! —ordenó él con tono demandante mientras le rozab