—Claro que no, pero tengo la paranoia disparada —Rex hizo un puchero—. Y ahora que te subiste sobre mí... otra cosa también.
—¿En serio? —Sophi se remeneó sobre él, sintiendo la dureza de su erección despertar contra su intimidad a través de la tela—. ¿Y qué tengo que hacer para que te vayas a trab