Meli la abrazó mientras permitía que las lágrimas rodaran por sus mejillas.
—No te preocupes, mi amor, te prometo que voy a irme. Yo me encargo de todo, ¿entendido? Ahora vamos a irnos de aquí, ¿sí? No te quiero ver más triste. ¿Dónde está tu mamá?
Sophia señaló al palco privado y Meli tomó su man