—No fue una decisión fácil —murmuró él finalmente—. Sophia era una bebé... y creció muy rápido. Y yo... yo no podía...
—¡No tenías derecho a decirle que estaba muerta!
—No tenía opción, ¿cómo le iba a decir a una niña tan pequeña que su madre seguía viva y no podía venir a verla? No quería que Sop