CAPITULO 5

CAPITULO 5

Emily se coloca un hermoso vestido de flores, no le gusta arreglarse mucho o lucir muy bella, siempre intenta ser más discreta con su ropa y con su vestimenta.

Pero en esta oportunidad se quiere ver linda, quiere resaltar para que los amigos de Ana no le hagan alguna broma.

Emily siempre ha estado llena de miedo, siempre ha estado llena de vergüenza sobre si misma y es una mujer insegura pero se sabe sacrificar y sobretodo enfrentar esos sentimientos por una buena persona como Ana.

Jake recibe a los invitados, no es mucho de este tipo de celebraciones, la encargada siempre era Helena, pero detesta aún más la lástima de las personas, la manera en la que miran a su hija con lástima y a él por estar solos.

Quien llega con un regalo extravagante es Laura, ella no ha quitado el dedo del renglón en tener una oportunidad con el hombre que quiere y que ama, por eso sabe que tiene que conquistar el corazón de la niña para poder tener lo que quiere.

— Me alegro que ya te estés dando cuenta que no puedes seguir así, que Ana y tu tienen que ir olvidando el luto — Laura le da un abrazo y le limpia un poco de crema que Jake tiene en la comisura de los labios.

Es más que claro qué Laura ha venido a jugarse el todo por el todo, pero Jake hace caso omiso a sus intentos desesperados de tener una relación con el.

Diego, el hermano de Jake, llega después de un largo viaje, a diferencia de su hermano mayor el es un aventurero, odia los negocios de oficina, odia todo lo que no tiene que ver con la vida que eligió su hermano pero lo adora a el, es un ejemplo a seguir.

Ana corre a los brazos de su tío, ese bonachón que parece siempre llevarle la idea.

Jake lo abraza, llevaba meses sin verlo por supuesto Diego regresa ese abrazo emotivo 

— Lamento no estar aquí para ti cuando paso eso, se que amas a Helena y que tuvo que ser difícil perderla — suspira Diego.

Los dos hermanos hablan pero algo rompe su conversación fluida en ese momento mientras Laura deja su regalo a un lado.

De inmediato Jake abre los ojos, no puede creer que ingresé al jardín donde se lleva a cabo la fiesta, Emily, con un hermoso vestido.

Jake contempla su belleza es más que claro que ella es una mujer hermosa y que por primera vez destaca su belleza con cierto potencial, es inevitable no compararla con Helena.

—¿He.... Helena?— Diego de inmediato se pone palido, piensa que se trata de Helena, es imposible no confundirlas a pesar que tiene varias cosas que las hace algo diferentes.

—No, es la niñera de Ana, se parece mucho a Helena pero está lejos de llegarle a los talones — Laura habla con rabia y celos al ver como los dos hombres se quedan boquiabierto con la belleza de Emily, los celos fueron un constante entre ella y Helena, repetir esa sensación la hace morir de enojo.

Diego se acercó a ella — es un placer conocerte, soy el hermano de Jake — la toma de la mano y le da un beso y ella se siente inevitablemente intimidada.

Emily de inmediato en medio de su nervios decidió jugar con los niños, corre de un lado para otro con Ana, saltan, juegan, Emily no tuvo una infancia tranquila así que se sentía como otra niña.

Después de cantar y partir el pastel, en el que Ana le pidió a su padre que Emily estuviera a su lado y que le ayudará a partir el pastel, todo alrededor fue solo una tortura para Jake.

Sentía que era inevitable no pensar en Helena, pero a la vez en como Emily estaba invadiendo su vida.

Decidió entrar a su estudio para tomar un poco de alcohol, mientras observaba desde su ventana las sonrisas y la manera en la que Ana era feliz con Emily.

En estos días había conocido a una mujer maravillosa, llena de ternura, Emily era tierna, y se comportaba como una niña descubriendo maravillas.

La primera vez que cenaron, el pidió un platillo muy especial pues era el favorito de Helena, ver cómo Emily saboreaba aquel platillo comiendo como si hace mucho no lo hiciera, dejando atrás cualquier etiqueta fue algo tierno delante de sus ojos.

La manera en la que cuidaba a Ana, siempre cada noche se quedaba con ella y le leía un cuento, algunas veces se quedaba dormida a su lado, y Ana la abrazaba.

Emily se había convertido en un apoyo importante porque no podía olvidar que gracias a Ella su hija empezaba a dejar la depresión que la agobiaba por la muerte de su madre.

De nuevo Ana tenía amigos, comia, jugaba tenía una vida normal a pesar de la crueldad del pasado que los sometía a las sombras.

Tenía que seguir bebiendo, no podía fijarse en Emily como mujer, no sólo porque ella era la niñera de su hija, tenía miedo que sus sentimientos solo fueran un reflejo de la imagen de su esposa, que esto que nacía dentro de su pecho lleno de pasión y deseo.

También no podía olvidar ese tatuaje, estaba marcado en su cabeza tanto como en su piel, imaginar que se podía enamorar de la culpable de la muerte de su esposa era algo imperdonable.

Se quedó tomando en el estudio, sin medir el Tiempo y que esto ya se estaba volviendo en un serio problema para el.

Ana empezó a despedir los niños, feliz de lo que había pasado, a pesar de no tener a su mamá ella estaba dando pasos de recuperación.

Diego se acercó a Emily, siempre se había sentido atraído por Helena, pero siempre supo que era la mujer de su hermano, por eso se fue de viaje, no quiso ser parte de esta Felicidad que estaba por encima de la suya.

—¿Como te sientes?— pregunto Diego — Manejar niños es un trabajo algo complicado, y jugaste con 10 — bromeaba mientras le servía un poco de refresco.

— Está bien, los niños solo quieren jugar y yo no tuve una gran infancia, así que para mí es como vivir eso que deje en el pasado — Emily estaba agotada.

Diego suspiro — Me alegro que te puedo conocer más, eres una mujer muy interesante — sacaba sus dotes de galan.

— La señora Maria me dijo que usted estaría de paso, que siempre viaja constantemente ¿Cual es su nuevo destino?— Emily trataba de ser amable con el.

— No me iré, le pediré a mi hermano unos meses de posada hasta equilibrar mi vida y siento que lo puedo lograr aquí — el tomo la mano de Emily y le dio un beso en ella algo que íntimido a la joven.

Ella se alejo asustada, tenía miedo que otro hombre se le acercara, que otro hombre le intentará conquistar, las pesadillas regresaban a su cabeza como una voz que le repetía que su belleza era la peor maldición.

Ana llegó corriendo, las dos fueron a la habitación de la niña para que Emily le cambiará la ropa, mientras Ana le agradecía a Emily.

— Yo sé que no eres mi mami, pero si mi ángel, gracias por la fiesta — Ana la abrazo, este gesto hizo que Emily derramará un par de lágrimas, este era su lugar, está era su familia.

Jake subió a su habitación muy tarde en la noche, estaba caminando de un lado a otro tambaleándose, sabía que se había excedido con el alcohol pero a veces sentía un alivio de no pensar al estar así.

Emily sale de la habitación de la niña y lo ve en ese estado, decide ayudarlo a llegar hasta su habitación, lo toma del brazo y lo arrastra hasta su recámara.

— Señor tiene que dejar de beber de esa manera — dice ella mientras le quita los zapatos, y la corbata y lo acuesta en la cama.

Jake la toma de la cintura, un gesto que hace que ella se quedé helada.

— Te deseo — son sus palabras mientras la besa y lentamente la acuesta en la cama.

Emily se pierde en sus labios y en sus besos, mientras el sube lentamente su mano por sus piernas dándole una caricia, y baja los besos al cuello.

Ella no puede creer que esto va a pasar, está nerviosa pero lo besa de nuevo en la boca.

— Yo también lo deseo — dice con la voz temblorosa.

— Helena... — suspira Jake.

Emily reacciona, se da cuenta que el piensa es en su esposa y no en ella, le da un pequeño empujón.

Jake cae en la cama, se da cuenta que acaba de cometer un error, a pesar de estar ebrio sabe lo que acaba de decir

— Perdoname ... Yo — intenta disculparse con Emily.

— No se preocupe señor, esto no paso, déjelo así — Emily sale corriendo de la habitación.

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