POV: AIRYS
— Tienes razón, rey Lycan. — Torcí la nariz, aún atrapada en su agarre. Mis dedos presionaron su muñeca, sin éxito. — La próxima vez que tu lengua invada mi boca, la arrancaré con los dientes.
Sus ojos color tierra brillaron, casi divertidos.
— Puede que me guste eso, pequeña presa. — Su voz salió baja, con una amenaza velada y algo más peligroso.
Daimon me soltó lentamente, como si quisiera dejar claro que solo me dejaba ir porque lo deseaba. Su postura seguía imponente, observándome desde arriba con presunción.
— Vístete y sígueme.
Mi mandíbula se tensó.
— ¿Adónde?
Toqué mi cuello, donde sus manos estuvieron momentos antes. Podría haberme ahorcado si lo hubiera querido. Era el rey Lycan. Nadie lo cuestionaría. Nadie vendría a salvarme.
Pero no lo hizo.
¿Por qué?
Lo había desafiado. Le había dado una bofetada en la cara. Al menos, debería haber perdido mis manos.
“No es su intención hacernos daño.”
Tragué saliva, apartando el pensamiento.
Daimon se giró hacia la puerta, su