Cecilia

La familia de la nana nos aceptó con los brazos abiertos, mis miedos quedaron fuera desde que me empezaron a tratar como uno de los suyos. Creo que nana ya les había comentado sobre mi caso porque ninguno de ellos a dicho nada al respecto.

Ivana ahora cuenta con amiguitos de su misma edad que son sobrinos de nana, además de conocer a unos vecinitos que eran más o menos de su misma edad.

Han pasado casi quince días desde que llegamos a Celestún y cada día que pasa nana se encuentra más feliz por estar al lado de su familia, en lo que respecta a mi pequeño retoño a comenzado a ir a la escuela con la condición de que pronto haga llegar sus papeles; lo que no se es como decirle a la señora Verónica que requiero la baja de la niña del colegio donde estudiaba y que me la haga llegar.

Ahí estará el verdadero problema, al decirle la dirección donde deba mandarla ella sabrá donde nos encontramos y es lo que menos quiero. No necesito que su hijo venga a molestarnos cuando estamos cómoda