Apenas tardé unos segundos en reaccionar. Cargué contigo y salí a la calle. Había movimiento, pero aún no era demasiado evidente, el ataque se centraba en la entrada. Seguramente, trataban de retener allí a los atacantes, pero, si eran muchos, no tardarían en conseguir adentrarse en la colonia. Mi cabeza comenzó a funcionar con rapidez. Avancé hacia la avenida central y golpeé en la puerta de la segunda casa. Una mujer apareció cargando a un pequeño.
—Tengo que sacarlos de aquí —dije mientras miraba al niño.
La mujer empujó al pequeño hacia mí. Éste se resistió y lo cogí del cuello del pijama y tiré de él sin miramientos. La mujer nos observó marchar desde la puerta.
Era Efrén.
Repentinamente, vi a un grupo de los transformados avanzando hacia nosotros. Tiré d