Capítulo cuarenta y nueve
Nuestros
*Cassandra Reid*
Llego a la habitación furiosa y cierro dando un sonoro portazo. Luego, pateo la misma puerta. La sangre me hierve de manera irracional y no puedo controlarlo.
Mi marido no tarda en alcanzarme—. Cara... —intenta acercarse con cautela, pero se detiene al ver mi gesto.
¿Será posible que haya sido capaz de intimidar al Magnate de Acero?
—La próxima vez que alegue tener algo que decirte, ¡escúchame! —profiero con un tono agudo.
—Está bien —responde de manera escueta. Luego, vuelve a tratar de llegar hasta mí.
—No te atrevas a tocarme —advierto con una ceja enarcada—. Estoy