Capítulo 4 – Para situaciones extremas medidas extremas

Los siguientes 12 meses de la vida de Adelina están hasta hoy día borrosos en su mente, a pesar del apoyo incondicional de su amiga, ella no lograba superar todo lo que le había pasado, después de soportar la terapia de control de ira se había convertido en este desastre ambulante, su dolor no había mermado, solo aumentó y ella ya no pudo manejarlo así que empezó a beber sin control, nunca estaba lo suficientemente sobria para usar sus neuronas así que no duraba en ningún empleo por mucho tiempo, cambió de trabajo tantas veces en el último año que ya había perdido la cuenta, se hundió en una depresión tan profunda que ni siquiera la bebida le ayudaba a ahogar su frustración, tenía una rutina rigurosa, de lunes a viernes iba a trabajar luego pasaba por el bar irish para emborracharse, el dueño incluso ya le reservaba un lugar apartado de todo el mundo, se quedaba allí hasta la medianoche, subía a un taxi y llegaba echa una m****a en casa, Jenny trataba de hablar con ella, pero nada había funcionado, ya no quería vivir, solo no se mataba porque no quería darle esa satisfacción a Francesca, no hablaba con sus padres hacía más de un año, ellos tampoco habían tratado de comunicarse con ella, era evidente que estaban mejor lejos de la hija problemática ¿en qué se había convertido su vida que antes se consideraba perfecta?, ya nada le importaba, pensó antes de tomar el siguiente trago

  • Chica creo que es hora de irte a casa
  • ¡Vamos Matt! si ni siquiera he empezado con la diversión
  • Llamaré a Jenny
  • No es necesario que la molestes
  • ¡Ya no bebas más, estás a punto de derrumbarte! — sacó el celular y disco al número que ya conocía de memoria — Hola Jenny necesito que la busques
  • Hola Matt, de acuerdo, gracias

Treinta minutos después su amiga entraba por la puerta del bar muy molesta

  • Lo siento — se disculpó Matt — hoy es uno de esos días en que no se quiere ir por las buenas
  • Descuida, gracias por ser tan paciente con ella
  • Es mi cliente más fiel — amagó una sonrisa
  • Ha sido un año difícil
  • ¿Cuándo crees que ella decidirá que ya es suficiente?
  • No lo sé, ya me preocupa su salud, no veo que haya mejorado nada, ¡se supone que el tiempo lo cura todo!
  • Ella necesita apoyo profesional
  • ¿Qué sugieres?
  • Un psicólogo
  • Ella ya ha tenido suficiente de eso durante seis meses, y solo ha empeorado su situación
  • Pero no es lo mismo, es diferente ir a una terapia donde ya te declararon loco, que ir con un profesional para que te diagnostiquen y te ayuden
  • Ella necesita salir de la depresión
  • Precisamente, depresión no es locura
  • ¡No sé a quién recurrir! — exclamó frustrada
  • Ten — dijo dándole una tarjeta de visita
  • ¿Qué es?
  • Mejor dicho quién, es una terapeuta muy eficiente
  • ¿La conoces?
  • Sí, sé de primera mano que sus métodos funcionan, aunque tal vez parezcan poco ortodoxos, te prometo que no te arrepentirás
  • Ella jamás aceptará ver a otro psicólogo
  • No tiene que saberlo
  • Eso será imposible de ocultar , se dará cuenta de inmediato
  • En realidad no, ahí está la gracia, tú debes llamar y marcar la consulta, te pedirá información muy específica sobre ella, tendrás que ser sincera, luego ella sabrá cómo proceder para ayudar a Adeline
  • Humm ¿por qué tengo la impresión de que hay gato encerrado?
  • Confía en mí es muy buena — ella le miró seria, después de todos los meses siguiendo ese ritual de ir a buscar a su amiga en el bar, de cierta forma tenían una relación de confianza
  • De acuerdo, llamaré mañana
  • Ah algo más, no puedes contarle de esto a Adeline hasta que la doctora lo decida.
  • De acuerdo

Tomó a su a amiga que olía a whiskey y fueron a casa, tenía la esperanza de que ésta terapeuta la ayudara de alguna manera, si ella seguía así pronto tendría que hospitalizarla por alguna enfermedad grave, no quería llegar a ese extremo, ella era todo lo que le quedaba a Adeline después de que todos la abandonaron, si la encerraba en un centro de rehabilitación en contra de su voluntad ella nunca le perdonaría.

Al día siguiente Adeline despertó al escuchar la alarma, tenía una jaqueca infernal como de costumbre, abrió su cajón y sacó dos pastillas para el dolor de cabeza, tomó el agua que siempre tenía en la mesita de noche, se sentó en la cama para aclarar su mente, tomó su celular y miró el calendario era jueves y era tarde, tenía que ir al trabajo, tomó una toalla y se metió en la ducha tratando de curar su resaca periódica, no le daría tiempo de tomar un café negro ultra fuerte para controlar la reseca antes de ir a trabajar, este mes le tocaba ser mesera en una cafetería muy popular, al menos le gustaba ese trabajo pensó, su jefa era muy buena, en su entrevista ella le contó sobre las cosas que había vivido y ésta le dio el trabajo inmediatamente, se vistió lo más rápido que pudo para llegar a “Coffee Time” lo antes posible, todos los días iba muy temprano porque tenía que limpiar antes abrir el local.

  • Buen día Adeline — le dijo su jefa, que ella particularmente creía que era una santa
  • Buen día señora Lewis
  • ¿Te sientes bien? estas muy pálida
  • Ha sido una de esas noches difíciles
  • Entiendo, ¿quieres un café?, acabo de hacerlo, está fresco
  • Sí, muchas gracias
  • Sé que no es de mi incumbencia, pero sí necesitas ayuda me lo puedes pedir
  • Gracias, usted ha sido muy buena conmigo
  • Reconozco cuando veo a un alma que sufre niña, solo espero que pronto concluyas que ya es suficiente sufrimiento y decidas volver a vivir
  • Me lo he planteado varias veces — admitió
  • Repito, si necesitas apoyo puedes contar conmigo
  • Usted ya ha hecho mucho por mí — afirmó
  • Tú me recuerdas a mi hija, si hubiera hecho más por ella, tal vez aún seguiría viva — dijo con tristeza
  • Lamento su pérdida — le respondió consternada
  • Igual yo, solo espero que tu tengas un destino menos triste que el de ella — dijo con una voz apenas audible
  • Prometo que no — apenas consiguió responder esta vez, su jefa tenía razón, si seguía así terminaría muerta en algún callejón

Jennifer llamó al número que le dio Matt, esperaba poder concertar una cita para hablar con la doctora, la investigó en internet pero no encontró mucha información sobre sus casos, ni siquiera una foto suya, solo un perfil muy detallado de sus áreas de especialización

  • Hola habla la doctora Wilkinson
  • Buenos días doctora, soy Jennifer Wilson llamo para concertar una cita, tengo una amiga de la que quiero hablarle
  • Entiendo, estoy libre en 2 horas si te parece bien, nos podemos encontrar en mi consultorio
  • Por supuesto, me parece bien, me puede pasar la ubicación del lugar
  • Sí, es en la calle Saint Paul edificio 1002 A, piso 15 oficina número 6
  • Muchas gracias estaré llegando dentro de dos horas

Aguardó a que fuese su horario de almuerzo y salió de la oficina, por suerte como seguía siendo una estudiante no tenía un horario muy estricto que cumplir, estaba haciendo su pasantía en una firma muy importante, había tantos pasantes que si ella desaparecía durante todo un día nadie lo notaría, llegó al edificio que era bastante lujoso, subió hasta el décimo quinto piso, tocó la puerta y una mujer muy joven la atendió

  • Buenas tardes busco a la doctora Wilkinson
  • Soy yo, debes ser Jennifer — la aludida le miró estupefacta
  • Ya sé todos tienen esa impresión la primera vez, pasa — le indicó apartándose de la puerta
  • Es usted muy joven…
  • Sí, apenas tengo 25 años
  • ¿Cómo es que….?
  • Me gradué a los 16 de la universidad
  • Ahh… eres un…
  • ¿Genio?, se podría decir así, pero me gusta pensar que soy más bien suertuda — le dirigió a lo que sería su oficina — siéntate por favor
  • ¿Trabajas sola? — le preguntó extrañada
  • No, Jared salió a comer, yo suelo comer en la oficina cuando tengo mucho trabajo pendiente
  • Lo siento, no quería interrumpir su almuerzo
  • No te preocupes, Matt me dijo que solo podías en este horario
  • ¿Matt?
  • Sí, él me dijo que me llamarías
  • Entiendo
  • Bien cuéntame sobre tu amiga
  • Se llama Adeline Howland — dijo algo incómoda
  • Necesitaré todos los detalles posibles — le indicó al ver que estaba con temor de revelar más
  • De acuerdo

Jenny le contó los acontecimientos más relevantes de la vida de Adeline, cómo después de la muerte de Jack sus padres habían borrado su identidad para suplantarla con lo que ellos pensaban que debería ser una hija perfecta

  • Déjame ver si entiendo, después de perder a su hermano mayor sus padres moldearon su vida y sus sueños ¿a su antojo?
  • Esa sería la forma pragmática de decirlo
  • De acuerdo, sigue…

Ella le contó cómo había sido el encuentro de Adeline con Nick, los siguientes meses de su relación y como había culminado en un desastre

  • ¿Ella sigue amando al hombre que la abandonó?
  • No sé si es amor u odio, pero se sigue sintiendo culpable y deprimida por el abandono
  • Entiendo, ¿qué pasó después?
  • Después de eso todo se fue a la m****a
  • A ver cuéntame con los mínimos detalles

Y eso hizo, le mencionó como perdió su amiga la compostura y agredió a alguien, que le expulsaron de la universidad, el rechazo de sus padres, incluso le detalló sobre lo que pasó en el juzgado, como había sido forzada a ver a un terapeuta para controlar la ira, lo que hizo después de concluir su terapia, como empezó a ahogarse en alcohol de forma sistemática en el bar de Matt, cuando terminó ella misma se sentía deprimida

  • Doctora ¿cree que puede ayudar a mi amiga?
  • Sí, es evidente que ha sufrido mucho, desde pequeña controlaron su vida, lo que tenía que hacer, como debería ser, ahora que es libre está un poco perdida, creo saber cómo ayudarla, voy a empezar el tratamiento de inmediato
  • ¿Cómo lo hará?
  • No puedo decírtelo, lo que si te diré es que a partir de ahora la acompañaré hasta que se recupere
  • De acuerdo
  • Otra cosa más, si me vez a partir de ahora debes actuar como si no me conocieras, y definitivamente nunca debes revelar que soy una terapeuta, deberás seguirme el juego siempre, por más raro que te parezca la situación
  • Está bien doctora ¿Sobre sus honorarios?
  • No te preocupes, le estoy pagando un favor a Matt
  • ¿De verdad no me cobrará?
  • La deuda que tengo con él es grande — afirmó
  • De acuerdo, muchas gracias

Salió del edificio contenta tenía la impresión de que las cosas en la vida de Adeline cambiarían radicalmente

Eran las 8 de la noche de un día miércoles cuando Adeline llegaba al bar irish, su día había sido agotador, hoy no pensaba emborracharse pero al salir del trabajo se tropezó con una ex compañera de la universidad y ésta le había dado detalles de cómo hasta hoy día su nombre era sinónimo de burla entre la gente, apenas mantuvo la compostura durante el monólogo que la mujer le había dado sobre su propia vida, se sintió ajena a todo, solo quería llegar lo más rápido posible al bar y ahogar sus penas en whiskey

  • Hola Matt
  • Hola Adeline, ¿lo de siempre? — le dijo con cierta tristeza, no le gustaba en lo que ella se había convertido, pero pensaba que era mejor que perdiera la consciencia en su bar que en algún otro lugar de mala muerte.
  • Sí, he tenido un día terrible
  • Me lo imaginé — escuchó que alguien reía a carcajadas, se giró para mirar, era una hermosa rubia que estaba hablando con un grupo de hombres, parecía feliz, ella fue así alguna vez se recordó — ¿Quién es? — preguntó intrigada
  • ¿La rubia?
  • Es nueva en la ciudad, se mudó por trabajo, le están dando la bienvenida
  • Ya veo — dijo con cierta envidia
  • ¿Todo bien?
  • Sí, ¡ya sírveme otro trago!— lo apuró, él le sirvió más whiskey y luego otro más a la media hora ya había perdido la cuenta
  • Creo que ya es suficiente por hoy — le dijo Matt
  • Apenas he comenzado — se quejó
  • No, no puedes pararte sola, llamaré a Jenny — se giró y fue a buscar su celular que había dejado cargando al otro lado de la encimera

Adeline se sentía mareada, no había comido nada desde el almuerzo, el alcohol había subido directo a su cabeza, intentaba equilibrarse en la barra cuando alguien la abrazó, pensó que era Jenny, se apoyó y se giró para irse con la persona, cuando llegaron a la calle se dirigieron a una esquina oscura, quería preguntarle porqué se iba allí, pero no podía articular nada coherente, cuando vio que se iban a subir a una furgoneta negra se puso en guardia, subió la cabeza y finalmente se dio cuenta de que no era Jenny sino que un hombre fuerte y desconocido

  • ¿Quién diablos eres? — consiguió preguntar
  • Tranquila preciosa nos divertiremos y luego te dejaré ir

Todas las alarmas de su cerebro intoxicado por el alcohol sonaron y ella entendió que la iban a violar en ese momento, empezó a gritar, quería zafarse pero no tenía dominio de su propio cuerpo, él te tapó la boca para ahogar sus gritos, en ese instante pensó en todas las veces que Jenny le había advertido sobre esta situación, ella le había ignorado burlándose, le tiró en la camioneta y se abalanzó sobre ella ¡Dios mío! pensó, ¿realmente iba a pasar?, ¿sería violada por un desconocido simplemente por ser tan idiota y beber hasta casi perder la consciencia?, pidió a Dios que alguien la salvara, si se salvaba cambiaría prometió, ¡por favor! rogó en su mente y corazón, le estaban subiendo la falda del uniforme, nadie la salvaría concluyó cuando escuchó una voz femenina decir:

  • Jared creo que ya es suficiente, creo que ya ha aprendido la lección
  • De acuerdo — dijo el desconocido al tiempo que salía de encima de ella, entonces empezó a gritar y vio que se asomaban a verla en la furgoneta Matt y Jenny
  • Tranquila Adeline, todo estará bien — le prometió la mujer que la había salvado, estaba asustada pero se sintió tan aliviada al ver a sus amigos allí que no pudo evitar desmayarse.
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