ENZO.
—¿Estás seguro de lo que haces? —me pregunta Preppy.
—Tengo que hacerlo, pienso acabar con los Lebrestoss antes de que ellos vengan a por mi —digo cerrando la cajuela de mi carro.
—¿Y por qué mierda tengo que quedarme de canguro? —me mira confundido y resentido—. Es mi deber y mi trabajo cuidar tu culo, no el de Lea.
—Lo harás porque es mi esposa, la mujer que me importa, ahora es de nuestra familia, y la cuidarás porque solo confío en ti —espeto con firmeza poniendo una mano sobre su hombro—. Una semana, solo eso tardaré.
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