ENZO
Los deseos que sentía por asesinar a Preppy iban en aumento al ver que la chica de ojos azules que me había prometido, no era más que una puta bien pagada, con voz chillona, tetas operadas y por la vista que me daban, podía asegurar que estaban más duras que mi verga cuando pensaba en Lea. Sus labios inyectados en lugar de parecer sexys y atractivos, parecían más bien dos pedazos de carne inflamada.
Estábamos en una de las mesas en la zona VIP, y ya pensaba claramente en tirarla por el barandal o hacerlo yo mismo.
—Entonces yo le dije ¡Oh no, mis tetas son reales! ¿Quién cojones te crees? —Ríe como una idiota—. ¿Quieres que te la mame o qué?
La muy perra se remoja los asquerosos labios y luego se atreve a pon