"Heitor"
La semana ya estaba terminando. Los días han sido difíciles, pero en una semana le diría sí a la mujer de mi vida y estaríamos unidos por el matrimonio, aunque lo que realmente nos unía era nuestro amor. Y cada día la amaba más.
Si me hubieran dicho hace tiempo que estaría ansioso por casarme y tener una familia, habría llamado loca a esa persona, pero ahora, era todo lo que sentía, ansiedad por la boda, por la llegada de mi hijo o hija, ansiedad por llegar a casa todos los días y ver a la mujer de mi vida sonriéndome. Era un hombre con suerte, tenía todo lo que me hacía feliz y aún más.
—¡Buenos días, Martinez! —Melissa me recibió con un buenos días muy animado y festivo.
—¡Buenos días, loca! ¿Cuál es el motivo de tanta alegría? —Pregunté encontrándola demasiado efusiva.
—Ah, no sé, ¿tal vez una fiestecita solo para mujeres mañana o la boda del mayor mujeriego de la historia la semana que viene...? —Melissa conjeturó mirando hacia arriba con el bolígrafo en la boca y hac