Estoy completamente perdida, sin saber qué hacer. Meli salió temprano, insistió en llevar a Pedro a la guardería y Lygia insistió en pasar el día conmigo. Me pareció excelente, ella es una persona maravillosa, me aconsejó mucho y me dijo que no hay mal que dure para siempre.
Meli salió en la mañana y me dijo que no hiciera nada, que hablaría con su padre y en la noche decidiríamos qué hacer. Pero me sentía incómoda con esto, ya estaba ocupando demasiado a los Lascuran.
Lygia y yo almorzamos y me contó sobre sus hijos y nietos, ninguno vivía en Porto Paraíso y vivían demasiado lejos para que ella pudiera verlos cada semana. Me dijo que estaba muy feliz de poder cuidar a Pedro.
En la tarde fue al mercado y después recogería a Pedro, me dijo que descansara, pero aproveché para llamar a mis padres. Les contaría de una vez lo que había pasado y que volvería a casa.
Sonó el interfono y el portero me avisó que había un empleado del Grupo Mellendez con un documento para mí. Preferí bajar.