"Flávio"
Logré deshacerme de Sabrina, pero seguía inquieto. Lo pensé y decidí ir a Campanário a hablar con mi padre y contarle a la ligera la historia de la reaparición de Sabrina de la nada. Iría el domingo, un viaje rápido. Iría a Campanário, hablaría con mis padres y volvería corriendo con mi pequeña. Teníamos que enfrentarnos a las bestias.
Pero no quería que la pequeña lo supiera, no quería echarle toda la culpa. Así que le dije que estaba de guardia. Odiaba mentirle, pero si le contaba lo de Sabrina y que seguía casado, la pequeña me dejaría sin duda. Con todas sus convicciones, sería difícil convencerla de que no tenía ni idea de que Sabrina había conseguido anular la sentencia de divorcio y de que iba a deshacerme de ella de todos modos. Cuando llegué a Campanário, mi hermano me esperaba, como habíamos acordado.
"Raúl, hermano mío, gracias por venir a recogerme. ¿Cómo estás?" Abracé a mi hermano, quien me devolvió el abrazo.
"¡Qué asco ser el niño mimado que no cumple con las