-Vamos, ya es hora que de habrás tus ojitos- hice una mueca al sentir como besaba mi cara y murmuraba palabras dulces.
-Cállate y duérmete- me voltee hacia el otro lado para que dejara de interrumpir mi sueño.
-Vamos mi cielo, tenemos que ir a la casa de tus papás- al terminar de hablar sigue besando mi espalda, al parecer está muy emocionado de que lo hayan invitado por primera vez a el infierno. M