De adentro de las casas han salido más, rodeándolos con rapidez en
grupos más pequeños para poder escapar en caso de que arrojen otra bomba.Ella le tiende la mano a David y este coloca en ella la espada que le estabaguardando, lo mira de reojo y él le sonríe salvajemente mientras se arrojan alataque cuerpo a cuerpo. El sonido de los disparos se abre en el lugar, ya queAmy, Miriam y Steve mantienen a raya a los que van llegando, eliminandogrupos con bombas y manteniendo el camino despejado para la casa.Los movimientos de Jenkins y Cat se complementan, como una parejade patinaje sobre hielo que ha entrenado junta toda la vida. Estocadas,golpes y patadas. Una sinfonía que parece no detenerse.—¡Jenkins! —el grito de una mujer se alza imponente ante losestruendos de la batalla.Los dos giran con las espadas en alto y saliendo de la casa de Rex,ves