Salgo de la ducha, con la toalla cubriendo mi cuerpo. Ya todos los invitados se habían ido; estaba cansada, no físicamente sino mentalmente ¿Por qué todas querían a Alec? ¿Acaso tendría a todas las mujeres en mi contra por culpa de Alec?
Estaba sentado en la cama, con la cabeza entre sus manos, y la mirada baja; tenía la corbata suelta pero aún permanecía alrededor de su cuello.
Me voy cambiando, y pareciera que ni se inmutara. Cuando ya estoy lista, me acerco a él, y le levanto la mirada, me siento encima de él. Sus ojos parecen más oscuros de lo normal. Su cansancio era notable.
_ Lo siento Ángel…Creo que la noche no salió como pensé- cierra los ojos, le acaricio el pelo, y en su rostro aparece una expresión de satisfacción.
_ Está bien- trato de tranquilizarle- solo me asustaste…
Me mira alarmado.