Capítulo 5

Cassandra Morgan

El tiempo parece pasar en cámara lenta los últimos días, después de la reunión con Dominic en el café me dediqué por completo a mi boutique, siempre me la he pasado trabajando dado que lo que más me apasiona hacer es diseñar, claro que tengo mis momentos de descanso pero antes de que Armando se fuera mis días libres eran para pasarlos con el, por lo que ahora prefiero mantener la mente ocupada para no pensar en ello.

Lo que el me ha hecho ha sido un golpe bajo a mi autoestima, también a mi forma de ver el amor, dado que aunque quiera fingir que no pasa nada, me duele en lo más profundo de mi corazón su traición, porque cuando confías en una persona no esperas que de un momento a otro desaparezca sin darte una explicación, aunque dicen que el amor es ciego.

Talvez fui lo suficientemente ciega como para creer que todo estaba bien cuando no era así, me dejé llevar por el amor que sentía por el y ese mismo amor termino dándole la vuelta a la tortilla dejándome sola.

Porque la única persona que de verdad me apoya es mi hermano y Mylie, Christian llegará dentro de dos días porque tenemos el ensayo de la boda y no quiero ni pensar que hará cuando sepa que Armando se fue, tiene poder para buscarlo por cielo, mar y tierra pero no es lo que quiero. No necesito escándalos, mucho menos una boda forzada.

Aunque básicamente es lo que estoy haciendo con Dominic pero en nuestro caso ambos lo necesitamos, según el para aplacar rumores, para mi, para evitarlos. Ya de por si hay mucha gente posteando en las redes que hace mucho no subimos fotos, empiezan a sospechar.

Quiero ver sus caras cuando el día de la boda salgan las fotos con el soltero más codiciado de París. Porque si, Dominic Laurent es sumamente famoso, más que todo entre las chicas. ¿Como es que yo no sabía esto? Digamos que no estoy muy al tanto de las redes sociales, me gusta mantenerme tranquila y ajena al mundo para no escuchar nada que tenga que ver conmigo, sin embargo admito que después de ver a dominic el día que nos conocimos quise saber más de el, me pareció intrigante su actitud prepotente, más aún cuando creí que solo era un empleado, después entendí el porqué de su actitud.

Todo tuvo sentido.

Ahora lo único que quiero es que se efectúe la boda lo más rápido posible para salir del impacto más grande, esos días alejare el móvil de mi para hacerme oídos sordos a lo que digan.

Aunque se que de una forma u otra lo sabré.

Ya sea por Mylie, Christian o el mismo Dominic, solo espero que no me cause problemas y sobre todo no se empeñe en irse de luna de miel, lo que menos necesito en este momento es un viaje, no ahora que estoy lanzando mi nueva línea de ropa, tengo mucho trabajo que hacer, sin contar con que debo asegurarme que la noticia de mi boda llegue a oídos de Armando.

Podrá sonar infantil pero no lo es, siento que el debe saber que ha sido reemplazado, no quiero que sepa que lo que hizo me ha afectado, es por ello que lo mejor que puedo hacer es usar mis habilidades en computación para hackear su número de teléfono.

Muchos se preguntarán, si puedes hacer eso ¿Como es que no lo has hecho ya para contactar con el?

Pues la respuesta es simple, no quiero acosar a nadie, no obligare a nadie a casarse conmigo, porque el matrimonio es una elección del corazón, algo que Dios ha escogido para que dure toda la vida aunque nosotros nos empeñemos en acortar aquel tiempo todo lo posible intentando encontrar a la persona perfecta.

Pero esa persona no existe, la persona indicada si, y es esa que aún con defectos y errores sigue eligiendote cada mañana.

Eso es lo que busco para mi, pero se que el destino es cruel y que aún no podré conseguirlo.

Acomodo el alfiler en el vestido saliendo de mis pensamientos, la alarma en mi teléfono suena indicándome que ya me he excedido en el tiempo que he pasado en la boutique.

Dejo la cámara con la que estaba tomando algunas fotos a mi nueva creación y suspiro cansada.

Ya son las nueve de la noche, mañana tengo que reunir a mi familia con la de Dominic para que se conozcan y se confirme nuestro compromiso, según el especifico en un mensaje seria una cena para pedirme que sea su esposa.

Como si eso fuera necesario.

Por otra parte mi hermano no podrá estar en el circo que armaremos mañana en la cena, dado que llega pasado mañana que es la fecha que acordamos que vendría para el ensayo.

Me va a matar por no decirle nada.

—Vamos Cassie, ya es muy tarde.

Pego un brinco al escuchar la voz de Mylie.

—¡Me asustaste!—sostengo mi pecho sintiendo mi corazón latir a mil por hora—Creí que te habías ido.

—Me había ido—me mira mal—Pero recordé que cierta persona lleva días sin comer bien y quedándose hasta tarde aquí. Vamos por algo de comer, mañana nos encargaremos de tu atuendo y tu anillo de compromiso.

Asiento sin rechistar dado que se pone histérica cuando no como, suelo hacerlo cuando hay mucho trabajo o cuando estoy deprimida, en este caso son ambas.

Salimos cerrando el edificio que conforma mi boutique y varias personas se nos quedan mirando al hacerlo. Pronto sacaremos nuestra colección de invierno y todos están a la expectativa.

No me imagino la cantidad de ventas que tendremos.

Los minutos pasan y solo puedo percibir cuando se detiene el auto en casa, ni siquiera supe cuando Mylie se detuvo a comprar algo pero poco me importa, estoy muy cansada. Al entrar nos dedicamos a comer mientras charlamos de nuestro día, a decir verdad Mylie es como mi curita, como esa persona que puede alegrarme el día con solo su presencia, aunque puedo parecer una persona fría o seria, cuando aprecio a alguien puedo llegar a ser bastante fastidiosa.

—Gracias por estar conmigo todos estos días Lie, sé que no ha sido fácil—musito con pesar.

Sus ojos se iluminan y una sonrisa se forma en sus labios.

—Te amo Cassi, eres mi mejor amiga, no te dejaría pasar esto sola.

Suspiro bajando la mirada a mis manos, un nudo se forma en mi garganta.

—¿Crees que hago lo correcto?—su confusión es evidente—Con casarme, digo, no es como si fuera lo más normal casarme por un contrato que algún momento va a romperse.

—Haces lo que es mejor para ti, talvez sea incómodo al principio pero no será por mucho tiempo. Yo te ayudaré.

Las lágrimas caen de mis ojos y abrazo a Mylie como si se me fuera la vida en ello, mi pecho duele y se que es por la inmensa carga que llevo sobre mis hombros.

¿Como terminé así?

Tan herida, tan rota, tan desorientada.

(...)

Entro en la ducha dejando que el agua tibia se deslice por mi cuerpo, llegó el día que temía, el día en el que quiero desaparecer y no dejar rastro, porque hoy nada más y nada menos que juntare a una familia desconocida con la mía. Y eso no es una buena combinación.

Razones, miles. La primera es que harán tantas preguntas que no sabré como responder ni a la mitad, sin embargo se que lo más difícil será agradarle a la familia de Dominic, quien me pidió casi de rodillas que intentara agradarle a su padre, que con eso ya tendría su eterno agradecimiento.

Hasta me ofreció unos cuantos millones si lo lograba, aunque eso claramente era lo de menos, como si eso fuera a motivarme.

Ya quedan dos horas exactas para tener que empezar a recibir personas desconocidas a mi casa, porque prefiero jugar en mi terreno que en el suyo.

Allí no conozco a nadie, hasta pueden echarme si hago un mal comentario, porque claro que no me quedaré callada si intentan despreciarme, pero aquí no, sin contar con que mis familiares—o por lo menos los que he invitado—conocen perfectamente la ubicación de mi humilde morada.

Estoy nerviosa, no puedo negarlo.

Pero se que todo saldrá relativamente bien.

Salgo de la ducha media hora después y me coloco el atuendo elegido de hoy que consta de un vestido color negro con una sola manga, el otro brazo va descubierto y tiene un escote corazón que da paso a la elegancia, el largo del vestido me llega hasta los pies y deja entrever una abertura en la pierna izquierda. A esto lo acompaño con uno tacones no tan altos del mismo color del vestido y algunos accesorios.

Me maquillo sutilmente remarcando mis facciones y dejo mi largo cabello negro caer por mi espalda.

Al sentirme satisfecha con el resultado salgo de la habitación, Mylie ya debe estar lista y mi abuela debe ser la primera en llegar. Aunque ella bien sabe que debe comportarse.

Al llegar a la cocina sonrío al ver a Berta cocinando y dando órdenes agobiada.

—Gracias por tu ayuda Berti.

Digo haciéndome notar.

—¡Niña! ¡Que hermosa estas!

—Gracias, dentro de poco llegarán los invitados, pero no hay prisa, no se apuren.

Les doy una sonrisa y salgo de ahí para dirigirme a la puerta una vez escucho el timbre.

Abro rápidamente y delante de mi se hayan dos personas, un hombre alto y pelinegro de unos cincuenta años junto a una mujer rubia muy hermosa, detrás de ellos puedo vislumbrar dos chicas rubias de unos dieciséis años les calculo.

—Buenas noches, bienvenidos—sonrío en su dirección con cortesía y la mujer me mira con alegría mientras el hombre no quita su expresión  de seriedad.

No hay duda que son los padres de Dominic.

—Tu debes ser Cassandra, encantada querida, yo soy Charlotte, la madre de Dominic, ¡Que bueno que por din

fin nos conocemos!

—El gusto es mío, imagino que usted es su padre, es un placer conocerlo, me han hablado mucho de ti.

Expreso con sinceridad dado que el me recuerda a alguien muy querido. Su mirada aunque parece gélida hace que mi corazón se caliente por unos segundos.

—Dominic nunca habla de mi, no lograrás impresionarme con esos halagos de quinta—su expresión no cambia y me da mucha gracia su declaración.

—Me importa un comino lo que piense de mi, soy feliz haciendo halagos a las personas parecidas a mi—sonrío y paso de el para saludar a las chicas que me observan curiosas.

—¿Eres la novia de mi hermano?

—¿Cual de todas?—pregunta la otra gemela.

Río sin poder evitarlo y ambas se ven entre sí confusas.

—Mi nombre es Cassandra, no se preocupen chicas, me encargaré de que ya no tengan que contar tantas personas.

Le indico a Mylie que los guie al comedor mientras abro la puerta mientras voy a checar a los invitados, son veinte en total, más que todo de la familia de Dominic dado que de la mía no llegan ni a las 8 personas.

Es de esperarse dado que no me llevo del todo bien con mis tíos y primos.

Es extraño pasar mucho tiempo con ellos.

Después de unos minutos las personas siguen llegando, miro mi reloj impaciente dado que han llegado personas que no conozco y Dominic aún no ha aparecido.

Siento unos brazos abrazarme desde atrás y pego un brinco por la sorpresa, al girarme me alivio al ver a Dominic quien no se en que momento llego.

—¡Llegas tarde!—chillo y el se encoge de hombros caminando al salón siendo guiado por mi, Mylie me intercepta en el camino.

—Ya están todos, pueden unirse para iniciar la cena, pediré que empiecen a llevarla.

Asiento caminando hacia la puerta del comedor donde Dominic me ofrece su brazo, lo tomo esta vez con un poco más de seguridad y luego de lanzarnos una mirada cómplice entramos.

Que comience el juego.

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