Cassandra Morgan
Despierto sintiendo dolor de cabeza, eso se debe claramente a que ayer bebí demasiado y me dormí muy tarde. Gracias a Christian llegue a casa sana y salva, por suerte los padres de Dominic no bebieron mucho y lograron llamarlo antes de que vomitara en algún lado de su casa.
Menos mal, menuda vergüenza iba a pasar.
Me levanto soñolienta y sin ver muy claramente, camino hasta el baño donde me lavo la cara y los dientes, aún no me daré una ducha, aunque se que la necesito con el apestoso olor a alcohol que tengo encima.
Sujeto mi cabello negro en un moño desordenado y bajo las escaleras para comer algo, mi estómago no aguantará mucho antes de regresar la comida de anoche si no meto algo a mi estómago.
Al llegar a la cocina puedo ver a mi hermano desayunando con su teléfono en la mano, me siento a su lado con una expresión curiosa en el rostro al notar que apaga rápido su telefono.
—Buenos días Cassi—sonríe.
Entrecierro los ojos en su dirección y me dirijo a Berta.
—¿Ti