Inesperadamente Casados
Inesperadamente Casados
Por: S. Dal Santo
1. Todo Cambio

Me pesan demasiado los ojos como para abrirlos de una sola vez, y por eso lo hago lentamente. Cuando finalmente consigo hacerlo y me voy adaptando a la luz, lo primero que veo es el reloj que está en la mesita de noche del cuarto donde estoy. Si, cierto, estoy en Las VegasPienso. Me pesa la cabeza, sin mencionar que se me parte en mil pedazos. Me giro con la intensión de acomodarme un poco mejor en la cama y me encuentro con una mujer que no reconozco, ¿Quién rayos es ella? Su melena casi rubia se mueve haciéndome saber que también ha despertado, y es en este preciso instante que me percato de que ambos estamos completamente desnudos... oh no... matare a Javier por haber elegido este destino para su despedida de soltero, ¿Por qué Las Vegas?

La mujer que está a mi lado, que, por cierto, es increíblemente hermosa, se voltea y abre sus ojos dejándome ver el gris de su mirada. Su cara es de absoluta sorpresa al verme a su lado, claramente ella tampoco recuerda nada de lo sucedido anoche y es en este preciso momento donde comprendo aquellas letras de canciones que hablan de despertar junto a una completa extraña sin recordar nada de lo que sucedió.

—Hola. — Me dice la desconocida de manera tímida.

—Hola. — Es lo único que logro responder.

Ella se sienta sobre la cama cubriéndose con la tímida sabana color blanca que nos cubre a ambos y me observa con miedo. —Por favor dime que tú te acuerdas de algo. — Sus palabras son casi una súplica.

Intento hacer memoria de la noche de anoche, y de lo único que me puedo acordar es de la manera que José, Facundo, Javier y yo bebimos celebrando la despedida de soltero de Javier quien por fin se casa con Lorena. Recuerdo la manera que los trago pasaban por la mesa del bar y una vaga memoria de ella viene a mi mente. Si, la conocí en el bar...—Siento decepcionarte, pero de lo único que me acuerdo es de la manera que bebía con mis amigos y de que me parece haberte visto en el bar. — Le explico con toda la sinceridad del mundo. 

—Eso es lo mismo que yo recuerdo. — Me aclara. —Yo estaba celebrando con mis amigas y también estábamos bebiendo demasiado...— Me dice tomando su cabeza entre sus manos.

Claramente intentar recordar no nos esta ayudando en nada... —Me presento, soy Gianluca. — Digo extendiendo mi mano — Realmente lamento conocerte en estas circunstancias, mejor dicho, lamento no recordar lo que paso anoche. — Le aclaro.

—Un gusto, soy Arya. —  Me dice con una media sonrisa y sé que está completamente avergonzada por la situación y estrecha mi mano. 

—¿Arya? Es la primera vez que escucho ese nombre en mi vida.— Comento y me da una tímida sonrisa.

—Nombre sánscrito que significa noble, grande y veraz— Explica y se levanta de la cama. Ella comienza a buscar su ropa en el suelo, mientras que yo solo me quedo observándola, y debo admitir que es realmente preciosa seguramente la he pasado muy bien anoche, es una lástima que no recuerde nada.

—¿Te vas? —  Le interrogo mientras me pongo de pie y busco mi bóxer en el suelo.

—Si, esto no debió de haber ocurrido. — Expresa y su tono de voz realmente me hace entender que hay algo que no me ha dicho, pero mi mirada se fija en un folder que hay sobre el escritorio de este cuarto de hotel y un velo de novia que hay a su lado. 

— ¿Eso es tuyo? —  Le pregunto señalando los objetos que llamaron mi atención.

— ¿Qué cosa? —  Me cuestiona confundida.

Su mirada se fija en el folder y el velo de novia y puedo notar como se transforma completamente. La observo caminar lentamente hacia el escritorio y toma el folder en su mano. — ¡No puede ser! —  Grita al abrirlo.

— ¡¿Qué sucede?! —  Cuestiono asustado y sintiendo más dolor de cabeza que antes.

— ¡Esto sucede! — Me grita y me lanza el folder con su contenido.

Lo recojo del suelo y al abrirlo me doy cuenta de lo que está hablando, un certificado de matrimonio del estado de Nevada Esto no puede ser cierto》 Leo los nombres y dice Gianluca Marín y Arya Christou, definitivamente tiene que ser una broma.

— ¿Tú? ¿Yo? ¿Nos hemos casado? — Indago entrecortado a causa de mi asombro.

—¡Me quiero matar! ¡Esto es un desastre! —  Grita caminando de un lado al otro de la habitación.

—Tranquilízate, seguramente podremos solucionarlo de alguna manera... — Comento intentando calmarla, pero la verdad es que internamente estoy teniendo un ataque de pánico.

—¿¡No te das cuenta!? Yo vine a Las Vegas a celebrar mi despedida de soltera ¡Me caso el próximo sábado! —

Definitivamente esto empeora a cada minuto... ¿Cómo puede ser que una noche de copas haya terminado en esto?

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