TRISTÁN (12)

Sentado en el trono que había ansiado durante años, Tristán escuchaba con atención (y con una mano en el mentón) los planes que cada uno de sus hombres (que no eran sus hombres, sino los del dios Rojo) tenían para hacer prosperar la ciudad. Las noticias, de que varios de los pequeños y medianos reinos de lo largo y ancho del continente se dirigían a la ciudad, eran el tema principal de debate.

Algunos de ellos (entre los que se encontraba Ojo de Pez) eran partidarios de exigir que cada uno de los señores dejaran a un hijo varón en la capital para ser entrenado en el arte de la guerra. A Tristán, la idea le gustaba, pues garantizaría de alguna manera la lealtad de todos aquellos que aún lo veían como un usurpador y un tirano.

El maestro Luc, mientras tanto, parloteaba acerca de lo bueno que sería inculcar la fe del dios Rojo al pueblo y, de ser posible, al continente

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo