Capítulo Cuatro: La enfermedad.

Después de dos horas, Gael estaba a punto de entrar en la cita importante que tenía con el psiquiátrica que lo atendía desde hace mucho tiempo, manteniendo este secreto oculto de los demás. 

Como siempre, recorro el pasillo donde estaba su oficina, preguntando si alguna vez iba a ver una cura para su enfermedad. 

Una vez que entró, vio que el doctor estaba revisando su expediente para darle una pequeña noticia, después de que este hombre se sentara al frente de él. 

—Lamento decirte que debes salir del país para dirigirse a Estados Unidos porque hay unos métodos nuevos que son experimentales para ti ¿Qué te parece? Porque la última decisión la puedes tomar tú—fueron sus palabras claras, sin embargo, Gael no podía aceptar alejarse otra vez de la empresa cuando existía el gran riesgo de que volviera a recaer en su enfermedad. 

—Lo siento mucho, pero, deberías saber más que nadie lo que ocurrió apenas llegue al país. También otras compañias aquí mismo han estado en la quiebra de forma misteriosa para ser absorbidas por un grupo misterioso de empresarios que desaparecen a los dueños—claramente habían sido las palabras de Gael, sin ignorar la propuesta que le estaba haciendo su médico—tendré que ir para allá en otra oportunidad porque este motivo que te estoy dando. 

Su enfermedad tiene el nombre de Parosmia siendo una afección en los olores. 

La parosmia es diferente porque las personas que la tienen pueden detectar un olor presente, pero ese olor les huele “mal”. Por ejemplo, el olor agradable del pan recién horneado podría oler abrumador y a podrido en lugar de sutil y dulce.

Las personas experimentan la parosmia de diversas maneras debido a una variedad de razones diferentes. En los casos más graves, la parosmia puede hacer que te llegues a sentir físicamente enfermo cuando tu cerebro detecta olores fuertes y desagradables.

Pero, en el caso de Gael, había sido totalmente emocional o algo así creía el doctor luego de la pérdida de sus padres. 

—Tranquilo, comprendo lo que quieres decir. Ahora te voy a hacer unas preguntas diferentes para ver nuevamente el estado de tu condición. 

Lejos de ahí, Ever estaba caminando con Travis dejando que aclarara todo lo que quisiera, quizás para conocerlo más a fondo porque era demasiado raro cuando mencionaba a alguien de su familia. 

—Solo espero que no vuelva a llover porque el techo tiene unas goteras grandes, eso provocó que la habitación se llenara demasiado de agua hasta pensé que me podía hundir en ese río—volvió a mencionar este chico mientras que lejos de la avenida Atenea se iba a reunir a ellos dos. 

Ever sabía por dentro que la belleza rubia de su amiga hacía que cualquier hombre estuviera flechado de ella, sin embargo, ella era una rompecorazones mientras esperaba dentro de su corazón el hombre que se enamora de sus defectos. 

—No quiero arruinarles la fiesta, pero, Ever haré todo lo posible para que te escojan al evento, así te vas a acercar más a Gael. Aunque es una lástima que la víbora de Stella vaya a estar allá—dijo Atenea con una sonrisa en su rostro cuando noto enseguida que Ever tenía un poco los cachetes sonrojados. 

—Por favor, no me digas que te enamoraste de ese CEO tan frío y arrogante porque amiga debes estar mal de la vista—fue un pequeño reclamo de Travis, notando que la mayoría de sus compañeras de trabajo iban a estar detrás de Gael. 

Ever estaba en medio de sus amigos, acercándose lo más posible hasta que llegó a la tienda. 

Justo en el momento cuando ellos se alejaron a los lejos, esta chica hizo el siguiente gesto con sus dedos haciendo un corazón notando que Atenea y Travis, eran una buena pareja de novios. 

Para hoy, ella con su ropa normal porque ahora que era una vendedora por ordenes de la gerente, incluso tenía su cabello negro suelto porque nadie la iba a detener este día.  

—Como eres la primera empleada que llega temprano, vas a estar en la parte de atrás preparando las muestras para los clientes porque existe el pequeño rumor acerca de que tienes ideas interesantes. 

—Esta bien—fue la corta respuesta de Ever mientras que la gerente terminaba de abrir la tienda para entregar otra hoja con la lista de cosas que no tenía nada que ver con su trabajo porque eran los caprichos de esta mujer como comprarle un par de zapatos o buscarle una taza de café para el resto de sus compañeras. 

—Si quieres mantener tu puesto aquí en el trabajo, será mejor que hagas esto porque lo único que me ordenaron era que solamente te subiera al puesto de ventas—por último, la gerente tropezó accidentalmente con Ever, riéndose en su propia cara. 

Cuando esta chica fue a la parte de atrás, se dio cuenta de que estaba sola ahí excepto por los instrumentos de laboratorio junto a las fragancias clasificadas desde el tono más fuerte hasta el suave. 

Ever, sin dudarlo un momento cerró la puerta porque era el tipo de espacio que había querido desde que había aprendido desde su casa viendo los tutoriales de Gael para preparar perfumes no le tenía miedo a ningún desafío de la vida. 

Con mucho cuidado, empezó a mezclar olores mientras que hacía las anotaciones necesarias basadas en sus propias fórmulas. 

Después de media hora, Ever había terminado de poner una muestra de su perfume en el papel blanco para ponerlo como muestra en las estanterías donde estaban los nombres de los perfumes porque otra pequeña parte de los papeles se lo iba a entregar a su compañera para preparar el siguiente lote que iba a entregar pronto.

Para su sorpresa, entró la gerente observando todo el trabajo que estaba haciendo Ever porque era una de las pocas personas en el mundo que tenía ese don natural de hacer perfumes. 

—Olvida la lista que te di porque necesito que me acompañes al evento especial de la empresa ¿Qué te parece? Porque quiero que seas mi asistente, al menos luego de mi puesto, me vas a servir para estar cerca de Gael—le suplico un poco a esta mujer provocando que Ever botara la lista en la papelería para irse con ella. 

—Solamente tengo una condición, necesito mi espacio para hacer las cosas a mi manera y también que confíe en mí porque entiendo que le caiga mal, pero, quiero dejarle en claro que no tengo preferencia aquí de nadie—dijo Ever, dejándole otra imagen a esta mujer porque estaba contradiciendo todo lo que le había dicho Stella. 

Ever agarró su cartera para irse con la gerente, quién tenía una actitud pensativa con lo que había sucedido hace un rato. 

Ambas se dirigieron al evento en un taxi mientras que la gerente le estaba dando unas instrucciones junto a unos documentos importantes de los próximos productos que iba a lanzar la compañía. 

—Mira lo que vamos a hacer va a hacer una pequeña presentación porque si llego a ganar con tu ayuda, voy a trabajar cerca de Leonardo o Stella, que aparte de ser una posición importante dentro de la empresa para encontrarme con mi amor platonico—expresó esta mujer llena de alegría, sin importarle si tenía que utilizar a las personas para lograr su objetivo. 

Apenas llegaron, este par de mujeres se separaron porque la jefa de Ever tenía que notificar a Leonardo que estaba aquí mientras que Ever debía preparar todo para la presentación incluyendo las tendencias de los nuevos perfumes que iban a hacer un producto exclusivo para los mejores clientes. 

—Estoy segura que la puerta debe estar por aquí—dijo Ever para sí misma cuando estaba abriendo la puerta de una oficina. 

Nada de ahí había llamado su atención hasta que vio en la ventana que Gael junto a Stella y Leonardo, estaban reunidos junto a un señor mayor como si estuviera mezclando unos aromas para preparar un simple perfume. 

—Esto debería ayudar por el momento porque te dije que volver a ese médico te iba a empeorar tu enfermedad—Ever se tapó la boca con mucha fuerza, evitando hacer ruido porque no podía creer nada de esto—debería ser más suficiente por hoy para mantener contento al resto de las espectadores. 

Stella hizo una mala cara frente a Leonardo porque quería que todo estuviera listo lo más pronto posible. 

Pero, justo en el momento que Ever se dio la vuelta para regresar, sin embargo, hizo un pequeño ruido donde se le cayeron unos libros que provocó que enseguida ella se escondiera porque había descubierto de manera accidental este pequeño secreto. 

Por su lado, Gael estaba preocupado porque sabía desde el principio que esto había sido una mala idea, no obstante, este hombre se dio prisa para saber quién era la persona que había escuchado parte de esta conversación. 

Ever se aseguro de que las luces estuvieran apagadas, esperando que ellos no la despidieran del único trabajo que había tenido durante su corta vida, rezando en silencio hasta que escuchó el sonido de la puerta. 

Por los nervios mezclaba con su torpeza se levantó del suelo, para solamente caer encima de Gael dándose un beso fuerte en la boca junto a sus cuerpos unidos. 

Aunque nadie lo crea, era el primer beso que le había dado a este hombre, algo que ni siquiera espero porque esta chica se había tirado donde estaba él. 

—De verdad, lo siento mucho—Ever luego de pronunciar esas palabras, se fue corriendo de ahí porque quería mantener a toda costa su identidad secreta. 

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