Antes de regresar al hotel recibió una llamada de Mariano, ella estaba indecisa, no quería contestarle al hombre, respiró profundo y trató de calmar su agitado corazón. Hola”.
“Elida”. Escucho a la chica. “Señor Mariano”.
“¿Cómo va todo?”.
Elida con nerviosismo le comentó. “Bien, el doctor empezará a verlo a partir de mañana”.
“¿Hay algo más que quieras decirme?”. Preguntó el hombre.
Elida habló titubeante. “N… No… Todo bien”.
“Aníbal está tomando su medicamento a tiempo”. Siguió interrogando a la chica.
Elida miró a todos lados sintiéndose presionada. “Si”.
“Es importante que lo haga para su recuperación ¿Entiendes?”. Tenía un tono de advertencia.
Ella solo volvió a aceptar. “Si”. Colgó el teléfono y respiro largo.
Al regresar a la habitación, se encerró en su habitación, caminaba alrededor pensando que debería hacer, su idea era ir con el doctor o decírselo a Aníbal o podría… decirle a Andrés. Se detuvo recordando al hombre, salió de su habitación y se fue directo a la siguiente su