—Oh, gracias —Jung miró la bolsa de papel que ahora se posaba en su escritorio y se reclinó un poco más en su asiento mientras inspecciona su interior, era de su cafetería favorita—. A alguien le reembolsaron su dinero, por lo que veo. —Soltó una risita y tomó una de las bonitas galletas decoradas junto con el café. Eran simplemente deliciosas; caras y muy deliciosas.
—Tuve que parar en el banco de camino aquí, pero me devolvieron cada centavo... —Patrick suspiró— Por un momento pensé que el hombre me daría un maletín repleto d