HOMBRE 3. Capítulo 11.
Sus malas decisiones las pagó con la sangre y con la vida de varios de los que habían confiado en él. Alexey no podía repetir esos errores. No iba a ser como Ezael.
Los humanos, a diferencia de los demonios y de los disciplinados ángeles, no tenían que vivir en medio de carencia y limitaciones para servir como un ejército eficiente.
Los humanos tenía emociones, y si estas no estaban equilibradas, ellos jamás funcionarían con efectividad.
Mudarse a ese pueblo para garantizar algunas comodidades le daría a su gente seguridad de espíritu. De esa forma, estarían dispuestos para la batalla.
Ahora le faltaba conseguir los recursos que avalaran un buen entrenamiento y para eso se dirigía de nuevo a la agreste tundra, en busca de ese «algo» que podía ofrecerles a Drake y a Borya para unirse.
—¡Yuri! ¿Cómo llevas la herida? ¿Caminas bien?
Un sujeto alto, de piel negra y cuerpo robusto se apartó de las cajas que supervisaba dejando que dos jóvenes Even las llevaran hasta el helicóptero apostado