CAPÍTULO 22. UN GRAVE SECRETO
Alexander se encontraba en un restaurante en compañía de sus pequeños. Miró su reloj y frunció el ceño al ver que Madison no llegaba. En ese momento su chofer ingresó y le entregó el móvil que había olvidado en la oficina. De inmediato le llamó; sin embargo, de nada le sirvió ya que ella no le respondió.
— ¿En dónde estarás? —cuestionó con algo de preocupación.
— ¿Listos para ordenar? —el mesero preguntó.
Frunció los labios con molestia.
—Sí, queremos la número 3 —indicó y se acercó para acomodar a los gemelos en las sillas periqueras.
En cuanto le fue llevada la cena, Alexander les sirvió una porción pequeña y los 3 comenzaron a comerla.
— ¿Les gustó la pizza? —cuestionó mirando a ambos.
—Sí —respondió Liam y Noah estiró sus manos para que lo sacara de la silla
—Allá —el pequeño indicó.
— ¿Quieren jugar en los juegos? —cuestionó él.
—Sí —respondieron ambos.
Alexander pasó un rato con los niños y volvió a mirar su móvil, sin tener señal alguna de Madison.
«¿En dónde estás?»