Respiro profundo ingresando de nuevo a mi antigua firma, no salí mal, de hecho pocos supieron los motivos pero ahora todos saben porque regrese y es con algo que debo convivir.
No saben la magnitud del problema, por eso no presto atención a las habladurías que apenas inician cuando pongo un pie en el recibidor. Solo se escuchan cuchicheos de todos como si yo no estuviera aquí y aunque quiero que no me afecta la verdad es que no lo puedo evitar.
Continuo con mi mentón en alto llegando al ascensor, dos personas más ingresan y me hago a un lado para que puedan acomodarse.
—Buenos días —dice el chico a mi lado—eres Soriana verdad.
—Si como lo sabes.
—Mi nombre es David Makarov y seré tu compañero, ayer me dieron la noticia.
—Oh—eso me sorprende, anteriormente yo escogía con quien trabajar y mis casos &mdas