Despierto lentamente sintiendo pesadez en mis ojos, pensaba que realmente había muerto y ahora estaba en el cielo, pero lamentablemente y para mí mala suerte, estoy viva enfocando los ojos de mi esposo que se nota preocupado.
–Mi princesa—habla Olecksey—menos mal reaccionaste mi amor—me ofrece la mano para incorporarme—¿como te sientes?
—¿Donde estoy? —me siento demasiada desorientada y duele la cabeza horriblemente.
—En nuestra casa mi princesa—me ofrece un vaso con agua y bebo un sorbo —¿que te sucedió?
Le entrego el vaso y se lo pasa a papá.
Mientras mi mente le confieza la verdad que debo ocultar, Que te engañe y me acosté con tu hermano en mi noche de despedida, teniendo el mejor sexo que he experimentado en mi vida y que tu nunca me diste.
—No lo se—